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jueves, 27 de enero de 2011

CLASE DE ETICA PARA 11 2011



SÓCRATES Y LOS SOCRÁTICOS MENORES

1.    Sócrates y la fundación de la filosofía moral occidental
            La vida de Sócrates y la cuestión socrática (el problema de las fuentes)
Nació en Atenas en el 470/469 AC y murió 399 AC, condenado a muerte por impiedad. Enseñó en lugares públicos como una especie de predicador laico, ejercía fascinación entre quienes lo frecuentaban, lo que le valió notables aversiones y enemistades.
Dos fases: la fase física ( sobre todo lo que aprendió de Arquelao) y la fase humanística, en que combatió a la sofística). Sobre esta ultima, existe el problema de las fuentes toda vez que como nada dejó escrito y su modo de enseñar era puramente oral, resulta muy difícil determinar qué de lo que ha trascendido pertenece efectivamente a Sócrates y qué corresponde a replanteamientos y reelaboraciones que formula Platón. Jenofonte presenta en sus escritos a un hombre muy superficial y en ocasiones grotesco y zafio. Aristóteles al parecer es más ecuánime, pero él no llegó a conocerlo en persona, y dado la importancia que adquiría su modo de enseñar, no parece fuente demasiado de fiar.
La tesis de la imposibilidad de reconstruir la figura histórica y el auténtico pensamiento Socrático  crisis. Hoy en día se baraja el criterio de perspectiva del antes y del después de Sócrates:
SE constata: a partir del momento en que Sócrates actúa en Atenas, la literatura y la filosofía particularmente experimentan una serie de novedades de alcance considerable, que más tarde figurarían como adquisiciones irreversibles y puntos de referencia constantes.
Se constata: que las fuentes de que disponemos sobre la figura y el pensamiento de Sócrates, CONCUERDAN en atribuir a Sócrates la autoría de tales novedades, de modo explícito o implícito.  alto grado de probabilidades podremos referir a Sócrates aquellas doctrinas que la cultura griega recibe a partir del momento en que Sócrates actúa en Atenas.
           
 El descubrimiento de la esencia del hombre ( el hombre es su “psyche”)

Después, Sócrates centró definitivamente su interés en la problemática del hombre (segunda fase socrática).
Es sabio quien tiene la sabiduría humana: aquella que puede tener el hombre sobre el hombre.
El hombre es su alma, puesto que su alma es precisamente aquello que lo distingue de manera específica de cualquier otra cosa. Entiende por alma nuestra razón y la sede de nuestra actividad pensante y ética.
El alma de Sócrates es el yo consciente, la conciencia y la personalidad intelectual y moral.
Cuidar de sí mismo significa cuidar la propia alma: la tarea suprema del educador.
Razonamiento: uno es el instrumento del cual nos valemos y otro es el sujeto que se vale de dicho instrumento. ¿Qué es el hombre? No es su cuerpo, sino aquello que se sirve del cuerpo: la psyché, el alma.

            El nuevo significado de “virtud” y la nueva tabla de valores
Virtud: areté, aquella actividad y modo de ser que perfecciona a cada cosa, haciéndola ser aquello que debe ser. La virtud del hombre es lo que hace que el alma sea como debe ser, de acuerdo con su naturaleza, buena y perfecta. En esto consiste la virtud: es la ciencia o conocimiento, mientras que el vicio es la ignorancia.
Nuevos valores. Los verdaderos no son aquellos ligados a cosas exteriores (riqueza, poder o fama, ni a la belleza), sino exclusivamente los valores del alma que se hallan todos incluidos en el conocimiento. Los valores tradicionales por sí mismo carecen de valor, y lo toman en función del uso que de ellos haga el alma del hombre.

            Las paradojas de la ética socrática.
Dos consecuencias:
ü  La virtud es ciencia (conocimiento) y el vicio, ignorancia.
ü  Carga sintética. Sócrates trata de someter la vida humana y sus valores al dominio de la razón.
ü  Puesto que la naturaleza misma del hombre es su alma y las virtudes son aquello que perfecciona y actualiza plenamente la naturaleza del hombre  las virtudes resultan ser una forma de ciencia y del conocimiento, dado que ambas son lo que perfecciona el alma y la razón.
ü  Nadie peca voluntariamente y quien hace el mal lo hace por ignorancia del bien. Las motivaciones que se hallan aquí son más complejas. El hombre por su propia naturaleza busca siempre su propio bien y cuando hace el mal lo hace en realidad por obtener beneficio de ello.
Estas dos proposiciones resumen el “intelectualismo socrático”: el bien moral se encuentra reducido a un hecho de conocimiento.
Sócrates acierta cuando afirma que la condición necesaria para hacer el bien consiste en el conocimiento, pero yerra cuando considera que, además de condición necesaria, es condición suficiente.

Exceso de racionalismo. Porque para hacer el bien se requiere también el concurso de la voluntad, potencia poco estudiada por los griegos. El pecado se reducirá en Sócrates a un error de cálculo, ignorancia del verdadero bien.

            El descubrimiento socrático del concepto de libertad.

La manifestación más significativa de la excelencia de la psyche o razón humana reside en lo definido por Sócrates como “autodominio” (enkrateia): dominio de uno mismo durante los estados de placer, de dolor y de cansancio, sometido a presión de las pasiones y de los impulsos. Significa el dominio de la propia animalidad mediante la propia racionalidad: el alma se convierte en señora del cuerpo. Identidad de libertad con autodominio racional. El hombre verdaderamente libre es el que sabe dominar sus instintos y esclavo el que no los sabe dominar.
Vinculado con éste, está el concepto de autarquía, es decir autonomía, que acerca en grados el hombre al dios en el sentido de que éste es un ser que no necesita nada para poder ser. Lo que más se aproxima a este estado es la autarquía: necesitar lo menos posible.
Nuevo héroe: hombre que sabe vencer a los enemigos interiores.

            El nuevo concepto de felicidad

En griego: eudaimonia (originariamente significaba haberle tocado a uno en suerte un demonio guardián bueno y favorable, que garantizaba destino diáfano, vida próspera.
El discurso socrático profundiza. La felicidad viene sólo del alma, porque ésta y sólo ésta es la esencia del hombre. El alma es feliz cuando está ordenada, es decir cuado es virtuosa.
Sócrates creyó con firmeza que la virtud logra su auténtico premio en sí misma, de manera intrínseca, es decir, esencial, y que vale la pena ser virtuoso, porque la virtud en sí misma es ya un fin.  el hombre puede ser feliz en esta vida, cualesquiera que sean las circunstancia en que le toque vivir y cualquiera que sea su destino en el más allá. El hombre es el verdadero artífice de su propia felicidad o infelicidad.

            La revolución de la “no violencia”.
La verdadera arma de la que dispone el hombre es su razón y la persuasión. Si al hacer uso de la razón el hombre no logra sus objetivos mediante la persuasión, debe resignarse, porque la violencia es en sí misma algo impío.
Con la vida y la muerte de Sócrates, la noción de la revolución o violenta además de teorizada explícitamente, quedó verificada en la práctica.

            La teología socrática

Noción de Dios: concepción que filósofos naturalistas habían preparado ( Anaxágoras y Diógenes de Apolonia) Dios – Inteligencia ordenadora.
Jenofonte nos da a este respecto más informaciones que Platón, e sus Memorables, donde aparece la que es considerada la primera prueba racional de la existencia de Dios.
ü        Aquello que no es mero fruto del azar, sino que se ha constituido para lograr un objetivo y un fin, postula una inteligencia que lo haya producido ex profeso.
ü        En contra de este argumento cabría objetar que, si bien los artífices de esta tierra aparecen junto a sus obras, esta Inteligencia no se ve. Ahora bien, tampoco nuestra alma (inteligencia) se ve, y no obstante, nadie se atreverá a afirmar, que no existe, y que hacemos todo por puro azar (sin inteligencia).
ü        Es posible establecer sobre la base de los privilegios que posee el hombre respecto del resto de los seres, que el artífice divino se ha cuidado del hombre de una forma totalmente peculiar.
El argumento ira en torno a este núcleo central: el mundo y el hombre están constituidos de un modo tal que sólo una causa adecuada puede dar razón de ellos.
El Dios de Sócrates es actividad ordenadora y providencia, una Providencia que se ocupa del mundo y de los hombres en general, y también del hombre virtuoso en particular. Sentencia Real que este tipo de Providencia aparecerá únicamente en el pensamiento cristiano.

            El “daimonion” socrático.

La voz divina que le prohibía determinadas cosas: él la creía como una especie de privilegio que lo salvó más de una vez de los peligros o de experiencias negativas.

*            El daimonion, nada que ver con el ámbito de las verdades filosóficas: los principios filosóficos extraen su validez del logosy no de una revelación divina.
*            No relacionó con el daimonion su opción moral de fondo, que sin embargo consideraba procedente de una orden divina.
Se trata pues de un hecho que se relaciona con el INDIVIDUO Sócrates y con los acontecimientos particulares de su existencia. Algo que corresponde a la personalidad excepcional de Sócrates, en el mismo plano que aquellos momentos de concentración intensísima, bastante próximos al éxtasis místico.

            El método dialéctico de Sócrates y su finalidad

Los fines del método socrático son básicamente de naturaleza ética y educativa, y solo secundaria y mediatamente de naturaleza lógica y gnoseológica.
El diálogo con Sócrates llevaba a un examen del alma y a un dar cuenta de la propia vida, a un examen moral. Precisamente en este tener que dar cuenta de la vida propia, que era el objetivo específico del método dialéctico, haya la razón que le costó la vida.
Definida la finalidad del método socrático, pasa Reale ahora a describir su estructura. La dialéctica de Sócrates coincide con el dialogar mismo (diálogos) de Sócrates.

            El “no saber” socrático

Se ha llegado a ver en él el comienzo del escepticismo. Es en realidad un planteamiento de ruptura
1.     Con respecto al saber de lo naturalistas    
2.    vacío.
3.    Con respecto al saber de los sofistas
4.    simple sabihondez.
5.    Con respecto al saber de los políticos y de los cultivadores de las diversas artes
6.    casi siempre se revelaba como algo inconsistente y acrítico.
7.    Más todavía: si se pone la  actitud del no saber del hombre con respecto al saber de Dios.
  
Cuando se lo compara con la magnitud de este saber divino, el saber humano aparece en toda su fragilidad y toda su pequeñez. Desde esta perspectiva, la propia sabiduría humana socrática resulta un “no saber”. La contraposición entre el saber divino y el saber humano es antítesis predilecta de la sabiduría griega de la época anterior a Sócrates y este vuelve a reafirmarla.

            La ironía socrática
Significa “simulación”. En nuestro caso específico indica el juego bromista, múltiple y diverso, de las ficciones y estratagemas utilizadas por Sócrates para obligar a su interlocutor a dar razón de sí mismo.
Sócrates fingía adoptar como propios los métodos de su interlocutor (sobre todo si éste era hombre culto). A continuación se dedicaba al juego de exagerarlos hasta la caricatura, para después invertirlos con la lógica peculiar de dichos métodos, de forma que patentizara la contradicción. Por debajo de esta estrategia estaba disfrazado Sócrates con el “no saber, la ignorancia.

            La refutación y la mayéutica socráticas

La refutación (elenchos), fase durante la cual Sócrates llevaba al interlocutor a reconocer su propia ignorancia. Obligaba a devenir el tema, profundizaba de distintas maneras en la definición ofrecida, explicitando, subrayando las carencias y las contradicciones; exhortaba a intentar una nueva definición y la criticaba y la refutaba; continuaba actuando de este modo hasta llegar al momento en que el interlocutor se declaraba ignorante.
A los sabihondos o mediocres la discusión les irritaba. En los mejores, la refutación servía para purificar de las falsas certidumbres, para purificar de la ignorancia
La mayéutica (obstetricia), segunda etapa del método dialéctico. Al igual que la mujer que está embarazada necesita de la comadrona para dar a luz, también el discípulo que tiene el alma encinta por la verdad requiere una especie de comadrona espiritual, que ayude a que la verdad  salga a la luz, y en esto consiste la mayéutica socrática.

            Sócrates y la fundación de la lógica.

Se ha mantenido durante mucho tiempo, que Sócrates, a través de su método, descubrió los principios fundamentales de la lógica occidental, el concepto, la inducción, y la técnica del razonamiento. Pero hay que ser cautelosos. Sócrates desencadenó el proceso, eso dice Reale, pero no lo realizó él mismo de un modo sistemático y reflexivo. Abrió el camino para el descubrimiento del concepto y de la definición. Sócrates mismos aplicó procedimientos de inducción y de desarrollo lógico, era una formidable mente lógica, pero su elaboración en el plano técnico le correspondería a Aristóteles (Analíticos y Tópicos).
            Conclusiones generales

Reale dice que el saber socrático no es algo vacío, pero es cierto que su discurso deja la impresión en ciertos momentos de que se está evadiendo o que se queda bloqueado en medio del camino (¿alude a los tratados aporéticos de Platón?) En lo formal, el discurso socrático sólo tenía sentido en boca de Sócrates, respaldado por su personalidad.
La ilimitada confianza socrática en el saber se ve conmocionada por los resultados de la mayéutica. El logos socráticos no está en condiciones de hacer que todas las almas den a luz, sino sólo aquellas que están encintas: el logos y el instrumentos dialógico que se basa por completo en el logos no son suficientes para producir la verdad o, por lo menos, para lograr que se la reconozca y que se viva de acuerdo a esa verdad. En realidad el origen de esta dificultad es el mismo que presenta la conducta del hombre que ve y conoce lo que es mejor, y no obstante, hace lo peor.
La última aporía: presentó su mensaje a los atenienses y lo confinó en los estrechos límites dela polis, no dirigido a todos los griegos ni en sentido ecuménico. No cayó en la cuenta de la universalidad de su mensaje.
Reale compara a Sócrates con un Hermes bifronte: por un lado su no saber parece resignarse a la negación de la ciencia y por el otro, parecería consistir en una vía de acceso a una auténtica ciencia superior. Por un lado su mensaje puede ser interpretado como simple protréptica moral, y por el otro, como apertura hacia los hallazgos de la metafísica platónica. Su dialéctica puede parecer incluso sofística y erística, y también, como base de la lógica científica. Por una parte el mensaje aparece circunscrito a las murallas de la polis, y por otra, se abre con dimensión cosmopolita al mundo.




LA VERDAD E SQUE LA LA FILOFIA DE LA MORAL NO ESXISTE YA QUE LA MORAL ES ROPIA Y NO DE LA SOCIEDAD A SI QUE SI ENVERAD QUIERE TENER MORAL PREOCUPENSE POR SU EDUCACION Y POR SU PIAS


Existencialismo
1

INTRODUCCIÓN
Existencialismo, movimiento filosófico que resalta el papel crucial de la existencia, de la libertad y de la elección individual, y que gozó de gran influencia en distintos pensadores y escritores de los siglos XIX y XX.
2

TEMAS PRINCIPALES
Debido a la diversidad de posiciones que se asocian al existencialismo, el término no puede ser definido con precisión. Se pueden identificar, sin embargo, algunos temas comunes en todos los autores existencialistas. El término en sí mismo sugiere uno principal: el énfasis puesto en la existencia individual concreta y, en consecuencia, en la subjetividad, la libertad individual y los conflictos de la elección.
2.1

Individualismo moral
La mayoría de los filósofos desde Platón ha mantenido que el bien ético más elevado es el mismo para todos: en la medida en que uno se acerca a la perfección moral, se parece a los demás individuos perfectos en el plano moral. El filósofo danés Dinamarca del siglo XIX Søren Kierkegaard, el primer escritor que se calificó de existencialista, reaccionó contra esta tradición al insistir en que el bien más elevado para el individuo es encontrar su propia y única vocación. Como escribió en su diario: “Tengo que encontrar una verdad que sea verdadera para mí... la idea por la que pueda vivir o morir”. Otros escritores existencialistas se han hecho eco de la creencia de Kierkegaard de que el individuo ha de elegir el camino propio sin la ayuda de modelos universales y objetivos. En contra de la idea tradicional de que la elección moral implica un juicio objetivo sobre el bien y el mal, los existencialistas han afirmado que no se puede encontrar ninguna base objetiva, racional, para defender las decisiones morales. También durante el siglo XIX, el filósofo alemán Friedrich Nietzsche sostuvo que el individuo tiene que decidir qué situaciones deben ser consideradas como morales.
2.2

Subjetividad
Todos los existencialistas han seguido a Kierkegaard al resaltar la importancia de la acción individual apasionada al decidir sobre la moral y la verdad. Han insistido, por tanto, en que la experiencia personal y la actuación según las propias convicciones constituyen los factores esenciales para llegar a la verdad. Así, la comprensión de una situación por parte de alguien que está comprometido en esa situación es más elevada que la del observador indiferente, objetivo. Este énfasis puesto en la perspectiva del agente individual ha hecho que los existencialistas sean suspicaces respecto al razonamiento sistemático. Kierkegaard, Nietzsche y otros fueron, de un modo intencionado, no sistemáticos en la exposición de sus filosofías y prefirieron expresarse mediante aforismos. (Del lat. aphorismus, y este del gr. φορισμς). Sentencia breve y doctrinal que se propone como regla en alguna ciencia o arte.
Diálogos, parábolas y otras formas literarias. A pesar de su posición antirracionalista de partida, no se puede decir que los existencialistas fueran irracionales en el sentido de negar toda validez al pensamiento racional. Han mantenido que la claridad racional es deseable allí donde sea posible, pero que las materias más importantes de la vida no son accesibles a la razón o a la ciencia. Además, han sostenido que incluso la ciencia no es tan racional como se supone. Nietzsche, por ejemplo, afirmó que la visión científica de un Universo ordenado es para la mayoría una ficción práctica, una entelequia.
Entelequia. (Del lat. entelechĭa, y este del gr. ντελχεια, realidad plena alcanzada por algo). En la filosofía de Aristóteles, fin u objetivo de una actividad que la completa y la perfecciona. irón. Cosa irreal.

2.3

Elección y compromiso
Tal vez el tema más destacado en la filosofía existencialista es el de la elección. La primera característica del ser humano, según la mayoría de los existencialistas, es la libertad para elegir. Mantienen que los seres humanos no tienen una naturaleza inmutable, o esencia, como tienen otros animales o plantas; cada ser humano hace elecciones que conforman su propia naturaleza. Según la formulación del filósofo francés Jean-Paul Sartre, la existencia precede a la esencia. La elección es, por lo tanto, fundamental en la existencia humana y es ineludible; incluso la negativa a elegir implica ya una elección. La libertad de elección conlleva compromiso y responsabilidad. Los existencialistas han expuesto que, como los individuos son libres de escoger su propio camino, tienen que aceptar el riesgo y la responsabilidad de seguir su compromiso donde quiera que éste les lleve.
2.4

Temor y angustia
Kierkegaard mantenía que es crucial para el espíritu reconocer que uno tiene miedo no sólo de objetos específicos, sino también un sentimiento de aprehensión general, que llamó “temor”. Lo interpretó como la forma que tenía Dios de pedir a cada individuo un compromiso para adoptar un tipo de vida personal válido. El concepto de angustia posee un papel decisivo y similar en las obras del filósofo alemán Martin Heidegger; la angustia lleva a la confrontación del individuo con la nada y con la imposibilidad de encontrar una justificación última para la elección que la persona tiene que hacer. En la filosofía de Sartre, la palabra “náusea” conocimiento del universo se utiliza para el reconocimiento que realiza el individuo de la contingencia algo que puede suceder o no  del Universo, y el término “angustia”  libertad individual para el reconocimiento de la libertad total de elección a la que hace frente el hombre en cada momento.
Aprehensión. (Del lat. apprehensĭo, -ōnis). Aprehender. Psicol. Captación y aceptación subjetiva de un contenido de conciencia. Comprensión simple.  Psicol. La que capta las formas de las cosas sin hacer juicio de ellas o sin afirmar ni negar.

3

HISTORIA
El existencialismo es un movimiento filosófico y literario propio de los siglos XIX y XX, pero se pueden encontrar elementos existencialistas en el pensamiento (y vida) de Sócrates, en la Biblia y en la obra de muchos filósofos y escritores anteriores a la edad contemporánea.
3.1

Blaise Pascal
El filósofo francés del siglo XVII  Blaise Pascal fue el primer pensador que anticipó las principales inquietudes del existencialismo moderno. Rechazó el vigoroso racionalismo de su coetáneo René Descartes y, en sus Pensamientos sobre la religión y sobre otros temas (1670), afirmó que una filosofía sistemática que se considera capaz de explicar a Dios y la humanidad representa una forma de orgullo. Al igual que los escritores existencialistas posteriores, contempló la vida humana en términos de paradojas: la personalidad humana, que combina mente y cuerpo, es en sí misma paradoja y contradicción.
3.2

Søren Kierkegaard
Søren Kierkegaard
Filósofo danés del siglo XIX, Søren Kierkegaard representó un importante papel en el desarrollo del pensamiento existencialista. Kierkegaard criticó el sistemático método de filosofía racional defendido por el alemán Georg Wilhelm Friedrich Hegel. Recalcó lo absurdo inherente en la vida humana y cuestionó que cualquier filosofía sistemática pudiera aplicarse a la ambigua condición humana. En sus obras, fragmentarias, Kierkegaard explicó que cada individuo debía intentar realizar un examen profundo de su propia existencia.
Kierkegaard, considerado como el fundador del existencialismo moderno, reaccionó contra el idealismo absoluto y sistemático de Georg Wilhelm Friedrich Hegel, que afirmó haber encontrado un entendimiento racional total de la humanidad y de la historia. Kierkegaard, por el contrario, resaltó la ambigüedad y lo absurdo de la situación humana. La respuesta individual a esta situación tiene que ser vivir una existencia comprometida por completo, y este compromiso sólo puede ser entendido por el individuo que lo asume. El individuo, por lo tanto, tiene que estar siempre dispuesto para desafiar las normas de la sociedad en nombre de la mayor autoridad de un tipo de vida auténtica en el orden personal. Kierkegaard abogó por un “cambio de fe” en el modo de vida cristiano que, aunque incomprensible y lleno de riesgos, era el único compromiso que, según creía, podía salvar al individuo de la desesperación.
3.3

Friedrich Nietzsche
Friedrich Nietzsche
Friedrich Nietzsche fundamentó su ética en lo que él creía el instinto humano más básico, la voluntad de poder. Nietzsche criticó el cristianismo y los sistemas morales de otros filósofos como "morales esclavas" porque, en su opinión, encadenaban a todos los miembros de la sociedad con normas universales de ética. Nietzsche ofreció una "moral maestra" que apreciaba la influencia creativa de individuos poderosos que trascienden las normas comunes de la sociedad.
The New York Public Library
Nietzsche, que no conocía el trabajo de Kierkegaard, transformó el pensamiento existencialista posterior a través de su crítica de las tradicionales suposiciones metafísicas y morales, y su adopción del pesimismo trágico y de la voluntad individual afirmadora de la vida que la opone a la conformidad moral de la mayoría. En oposición a Kierkegaard, cuyo ataque a la moral convencional le llevó a defender un cristianismo radical e independiente, Nietzsche afirmó en La gaya ciencia (1882) que “Dios está muerto” y rechazó toda la tradición moral judeocristiana en favor de los heroicos ideales paganos.
3.4

Martin Heidegger
Martin Heidegger
El filósofo alemán Martin Heidegger influyó mucho en los movimientos filosóficos modernos de la fenomenología y el existencialismo. Según Heidegger, la humanidad ha entrado en crisis por tener un enfoque limitado y tecnológico del mundo e ignorar la gran cuestión de la existencia. Las personas, si desean vivir de un modo auténtico, deben ampliar sus perspectivas. En vez de dar por supuesta su existencia, deberían verse a sí mismos como parte de un Ser (término de Heidegger para aquello que subyace en toda existencia).
THE BETTMANN ARCHIVE
Heidegger, al igual que Pascal y Kierkegaard, reaccionó contra el intento de fundamentar la filosofía sobre una base conclusiva racionalista, en este caso la fenomenología del filósofo alemán Edmund Husserl. Heidegger, autor de una de las obras más representativas del existencialismo, El ser y el tiempo (1927), afirmó que la humanidad se encuentra en un mundo incomprensible e indiferente. Los seres humanos no pueden esperar comprender por qué están aquí; en su lugar, cada individuo ha de elegir una meta y seguirla con apasionada convicción, consciente de la certidumbre de la muerte y del sinsentido último de la vida propia. Heidegger contribuyó al pensamiento existencialista al poner el énfasis en el ser y la ontología tanto como en el lenguaje.
3.5

Jean-Paul Sartre
Sartre, que utilizó el término existencialismo para definir y calificar su propia filosofía, se convirtió en el gran difusor del movimiento a escala internacional una vez finalizada la II Guerra Mundial. El pensamiento de Sartre, impregnado de ateísmo y pesimismo de una forma explícita, argumentaba que los seres humanos necesitan una base racional para sus vidas pero son incapaces de conseguirla y, por ello, su existencia es “pasión inútil”. No obstante, insistió en que el existencialismo es una forma de humanismo y resaltó la libertad, la elección y la responsabilidad humana. Con gran refinamiento literario, intentó reconciliar esos conceptos existencialistas con un análisis marxista de la sociedad y de la historia. Sartre fue autor de otra de las obras claves en la historia del existencialismo, El ser y la nada (1943).
3.6

Existencialismo y teología
Martin Buber
Martin Buber pasó a la historia del pensamiento europeo por la fundación de la que él denominó filosofía del encuentro, basada en el diálogo y en las relaciones directas o mutuas.
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A pesar de que el pensamiento existencialista engloba el ateísmo absoluto de Nietzsche y Sartre y el agnosticismo de Heidegger, su origen en las meditaciones religiosas de Pascal y Kierkegaard hizo presagiar su gran influencia en la teología del siglo XX. El filósofo alemán Karl Jaspers, aunque rechazó las doctrinas religiosas ortodoxas, influyó en la teología moderna con su preocupación por la trascendencia y los límites de la experiencia humana. Los teólogos protestantes alemanes Paul Johannes Tillich y Rudolf Bultmann, el teólogo católico francés Gabriel Marcel, el filósofo ruso Nikolái Alexándrovich Berdiáiev y el filósofo judío Martin Buber heredaron muchas de las inquietudes de Kierkegaard, en particular respecto a la creencia de que un sentido personal de la autenticidad y del compromiso resulta esencial para la fe religiosa.
3.7

Existencialismo y literatura
Fiódor Dostoievski
Reconocido como uno de los escritores más importantes en la historia, el autor ruso del siglo XIX Fiódor Dostoievski escribió intensas novelas psicológicas que exploraban los motivos y justificaciones morales de los actos de sus personajes. Dostoievski habló de temas como la lucha entre el bien y el mal en el alma humana y la idea de salvación a través del sufrimiento. Los hermanos Karamazov (1879-1880), considerada su mejor obra, entrelaza la investigación religiosa con la historia de las peleas violentas de una familia por una mujer y una disputada herencia.
Algunos filósofos existencialistas hallaron en la literatura el camino idóneo para transmitir su pensamiento. Así, el existencialismo ha sido un movimiento tan vital y amplio en literatura como en filosofía. El novelista ruso del siglo XIX Fiódor Dostoievski es quizá el mayor representante de la literatura existencialista. En Memorias del subsuelo (1864), el enajenado antihéroe está enfadado ante las pretensiones optimistas del humanismo racionalista. La idea de la naturaleza humana que surge en esta y en otras novelas de Dostoievski consiste en que es imprevisible, perversa y autodestructiva; sólo el amor cristiano puede salvar a la humanidad de sí misma, pero ese amor no puede ser entendido desde la sensibilidad filosófica. Como dice el personaje de Aliosha en Los hermanos Karamazov (1879-1880): “tenemos que amar la vida más que el significado de la misma”.
En el siglo XX, las novelas del escritor checo Franz Kafka, como El proceso (1925), El castillo (1926) y América (1927), presentan hombres aislados y enfrentados a burocracias inmensas, laberínticas y genocidas; los temas de Kafka de la angustia, la culpa y la soledad reflejan la influencia de Kierkegaard, Dostoievski y Nietzsche. También se puede apreciar la influencia de Nietzsche en las novelas del escritor francés André Malraux y en las obras de teatro de Sartre. Los escritos de Albert Camus están asociados a este movimiento debido a la importancia que en ellos tienen temas como el absurdo y la futilidad de la existencia, la indiferencia del Universo y la necesidad del compromiso en una causa justa. También se reflejan conflictos existencialistas en el teatro del absurdo, sobre todo en las obras de Samuel Beckett y Eugène Ionesco. En Estados Unidos, la influencia del existencialismo en la literatura ha sido más indirecta y difusa, pero se pueden encontrar trazas del pensamiento de Kierkegaard en las novelas de Walker Percy y John Updike, y temas existencialistas en las obra de escritores como Norman Mailer, John Barth y Arthur Miller.
En el ámbito español y latinoamericano el existencialismo ha ejercido una gran influencia y, bajo la inspiración de Heidegger y Sartre, ha planteado propuestas originales. Especialmente en América Latina, donde la filosofía existencial se unió a la búsqueda de una filosofía propiamente latinoamericana.

             Confucianismo
             El confucionismo es una enseñanza que incorpora muchos elementos de la filosofía, de la religión y de las costumbres sociales. Una colección de 12 volúmenes de libros, llamados Analectas florilegio- colección de elementos literarios, contiene las enseñanzas del gran maestro chino clásico. Las máximas de Confucio, que varían en longitud de una frase a un párrafo, describen, además del respeto por los mayores y la tradición, las normas éticas y morales que cada persona debería seguir.
             Confucianismo o Confucionismo, principal sistema de pensamiento en China; se desarrolló a partir de las enseñanzas de Confucio y sus discípulos, y tenía que ver con los principios de la práctica del bien, la sabiduría empírica y las propias relaciones sociales. El confucianismo ha influido en la actitud china ante la existencia, fijando los modelos de vida y pautas de valor social, y proporcionando la base de las teorías políticas e instituciones chinas. Desde China se extendió a Corea, Japón y Vietnam y en las últimas décadas ha despertado interés entre los eruditos de Occidente.
             Aunque el confucianismo llegó a ser la ideología oficial del Estado chino, nunca ha existido como una religión establecida con una iglesia y un clero. Los eruditos chinos alabaron a Confucio como gran maestro y sabio, pero nunca lo adoraron como a un dios. Confucio tampoco se proclamó a sí mismo una divinidad. A diferencia de las iglesias cristianas, los templos erigidos en honor a Confucio no eran lugares en los que grupos organizados se reunían para alabarle, sino edificios públicos diseñados para ceremonias anuales, en particular el cumpleaños del filósofo. Varios intentos para divinizar a Confucio y ganar prosélitos al confucianismo fracasaron debido a la naturaleza secular de su filosofía.
             Los principios del confucianismo están recogidos en los nueve libros antiguos chinos transmitidos por el maestro y sus seguidores, que vivieron en una época de gran inquietud filosófica. Estos escritos pueden dividirse en dos grupos: los Cinco Clásicos y los Cuatro Libros.
             Los Wujing o Wu king (Cinco Clásicos), que se crearon antes de la época de Confucio, son el (1) I Ching o Yijing (Libro de las mutaciones o cambios),
             (2) Shu Ching o Shujing (Libro de la historia), (3) Shih Ching o Shijing (Libro de la poesía o de las odas), (4) Li Chi o Liji (Libro de los ritos) y (5) Ch’un Ch’iu o Chunqiu (Anales de primavera y otoño). El I Ching es un manual de adivinación probablemente recopilado antes del siglo XI a.C.; su aspecto filosófico complementario, contenido en una serie de apéndices, pudo haber sido compuesto más tarde por Confucio y sus discípulos. El Shu Ching es una colección de documentos históricos antiguos, y el Shih Ching, una antología de poemas antiguos. El Li Chi trata de los principios de conducta, incluidos los de las ceremonias públicas y privadas; fue destruido en el siglo III a.C., pero resulta presumible que gran parte de su material fuera preservado en una recopilación posterior, el Documento de los ritos. El Ch’un Ch’iu, la única obra recopilada, según se dice, por el propio Confucio, es una crónica de eventos históricos acaecidos en la China feudal desde el siglo VIII a.C. hasta la muerte de Confucio, a principios del siglo V a.C.
             Los Sishu (Cuatro Libros), compilaciones de los dichos de Confucio y Mencio y de los comentarios de seguidores sobre sus enseñanzas, son el Lunyu (Analectas), un conjunto de máximas de Confucio que forman la base de su moral y filosofía política; Ta Hsüeh (El gran saber); Chung Yung (La doctrina del método), que contiene algunas de las declaraciones filosóficas de Confucio sistematizadas con comentarios y exposiciones de sus discípulos, y el Mengzi (Libro de Meng), que contiene las enseñanzas de Mencio, uno de los principales seguidores de Confucio.
             La clave de la ética confuciana es jen, traducido de diversos modos como ‘intuición humana’, ‘amor’, ‘bondad’ y ‘humanidad’. Jen es una virtud suprema que representa las mejores cualidades humanas. En las relaciones humanas, aquellas que se construyen entre una persona y otra, jen se manifiesta en chung, o la fidelidad a uno mismo y a los demás, y shu, o altruismo, mejor expresado en la regla de oro del confucianismo: “No hagas a los otros lo que no quieras que te hagan a ti mismo”. Otros valores virtuosos importantes en el confucianismo son la honradez, la decencia, la integridad y la devoción filial. Quien posea todas estas virtudes será un chün-tzu (caballero perfecto). En el plano político, Confucio defendía un gobierno paternalista en el que el soberano fuera benévolo y honorable y los súbditos respetuosos y obedientes. El estadista debe cultivar la perfección moral para dar buen ejemplo a la gente. En educación Confucio apoyó la teoría, notable para el periodo feudal en que vivió, resumido en el principio: “en educación, no hay diferencia de clases”.
2                             ESCUELAS CONFUCIANAS DE PENSAMIENTO
             Después de la muerte de Confucio surgieron dos escuelas importantes de pensamiento: una representada por Mencio, la otra por Xun-zi. Mencio continuó las enseñanzas éticas de Confucio acentuando la bondad innata de la naturaleza humana. Creía, no obstante, que la bondad original del ser humano puede envilecerse por el propio esfuerzo destructivo o inmersa en un ambiente perverso. El problema de la cultura moral consiste, por esta razón, en preservar o al menos en restaurar la bondad que es un derecho de nacimiento de cada uno. En el orden político, Mencio es considerado a veces como uno de los primeros defensores de la democracia, pues anticipó la idea de la supremacía del pueblo sobre el Estado.
             En oposición a Mencio, Xun-zi afirmaba que las personas nacen con una naturaleza perversa pero susceptible de regenerarse gracias a la educación moral. Creía que los deseos han de estar guiados y moderados por las reglas de la corrección y que el carácter debería ser instruido mediante un cumplimiento metódico de los ritos y por la práctica de la música. Este código ejerce una influencia poderosa sobre el carácter al dirigir de una forma correcta las emociones y proporcionar armonía interna. Xun-zi fue el principal exponente del ritualismo en el confucianismo.
             Después de un breve periodo de decadencia en el siglo III a.C., el confucianismo resurgió durante la dinastía Han (206 a.C.-220 d.C.). Las obras confucianas, copias de las que habían sido destruidas en el periodo precedente, fueron restauradas, canonizadas y enseñadas por eruditos en las academias nacionales. Estas obras constituyeron también las bases de los posteriores exámenes para desempeñar puestos civiles y políticos; los candidatos a puestos gubernamentales de responsabilidad eran nombrados en función de su conocimiento de la literatura clásica. Como consecuencia, el confucianismo adquirió un dominio firme sobre la vida intelectual y política china.
             El éxito del confucianismo Han se debe en buena medida a Tung Chung-shu, quien fue el primero en recomendar un sistema de educación construido sobre las enseñanzas de Confucio. Tung Chung-shu creía en una estrecha correspondencia entre los seres humanos y la naturaleza; así, las acciones de la persona, en especial las del soberano, son a menudo causantes de fenómenos inusuales en la naturaleza. Debido a la autoridad del soberano, recae sobre él la responsabilidad de fenómenos como el fuego, una inundación, un terremoto o un eclipse. Como estos malos presagios pueden caer sobre la tierra como una advertencia a la humanidad de que no todo se halla en equilibrio en este mundo, el temor al castigo divino resulta útil como freno a los abusos de poder de la monarquía absoluta.
             En el caos político que sucedió a la caída de la dinastía Han, el confucianismo fue superado por las filosofías rivales del taoísmo y el budismo, y el pensamiento sufrió un contratiempo. Sin embargo, los clásicos confucianos siguieron siendo la fuente principal de conocimiento para los sabios y con la restauración de la paz y la prosperidad en los tiempos de la dinastía Tang (618-907) se estimuló la difusión del confucianismo. El monopolio de los conocimientos de los eruditos confucianos les aseguró otra vez elevados puestos burocráticos. El confucianismo volvió a ser la enseñanza ortodoxa estatal.
3                             NEOCONFUCIANISMO
             Las actividades intelectuales durante la dinastía Song (960-1279) dieron origen a un nuevo sistema de pensamiento confuciano basado en una mezcla de elementos budistas y taoístas; la nueva escuela de confucianismo fue conocida como neoconfucianismo. Los eruditos que desarrollaron este sistema intelectual conocían bien las otras dos filosofías. Ante todo profesores de ética dedicaron asimismo su interés a las teorías sobre el cosmos y el origen del ser humano.
             El neoconfucianismo se ramificó en dos escuelas. El exponente más famoso de una de esas escuelas fue Zhu Xi, un eminente pensador sólo superado en prestigio por Confucio y Mencio, que estableció una nueva base filosófica para las enseñanzas del confucianismo estructurando la opinión erudita en un sistema coherente. Según el sistema neoconfuciano que representaba Zhu Xi, todos los objetos en la naturaleza están compuestos de dos fuerzas inherentes: li, un principio inmaterial universal o ley, y ch’i, la sustancia de la que están hechas todas las cosas materiales. Mientras ch’i puede cambiar y disolverse, li, la ley subyacente y nutrida de miríadas de cosas, permanece constante e indestructible. Zhu Xi identifica el li en la humanidad con la naturaleza humana, que es en esencia la misma para todo el mundo. El fenómeno de las diferencias particulares puede atribuirse a la variedad de proporción y densidad del ch’i hallado entre los individuos. Así, aquellos que reciben un ch’i que es turbio encontrarán su naturaleza original oscurecida y deberán limpiar su naturaleza para restaurar su pureza. La pureza puede alcanzarse ampliando el conocimiento propio del li en cada objeto concreto. Cuando, después de mucho esfuerzo, el li universal o ley natural inherente en todo objeto animado e inanimado, se adquiere la condición de sabio.
             Opuesta a la escuela del li (ley) está la escuela de neoconfucianismo hsin (mente). El máximo exponente de la escuela hsin fue Wang Yang-ming, quien enseñó la unidad de conocimiento y de práctica. Su afirmación principal fue que “aparte de la mente, ni ley ni objeto” existen. En la mente, afirmaba, se encuentran personificadas todas las leyes de la naturaleza, y nada existe sin la mente. El esfuerzo supremo debería ser desarrollar “el conocimiento intuitivo” de la mente, no a través del estudio o la investigación de la ley natural, sino mediante el razonamiento intenso y la meditación en calma.
             Durante la dinastía Qing (1644-1912) hubo una fuerte reacción a ambas escuelas de pensamiento neoconfucianas, li y hsin. Los eruditos Qing defendían una vuelta al primer y acaso más auténtico confucianismo del periodo de la dinastía Han, cuando todavía no resultó adulterado por las ideas taoístas y budistas. Desarrollaron una crítica textual de los clásicos confucianos basada en la metodología científica, utilizando la filología, la historia y la arqueología para reforzar su erudición. Además, eruditos como Tai Chen introdujeron un punto de vista empirista en el conjunto de la filosofía confuciana.
             A finales del siglo XIX, la reacción contra la metafísica tomó un sentido distinto. En vez de limitarse a los estudios textuales, los eruditos tuvieron un interés activo en política y formularon programas de reforma basados en la doctrina confuciana. K’ang Yu-wei, un líder del movimiento reformista confuciano, acaudilló un intento de exaltar la filosofía como una religión nacional. Debido quizá a las amenazas extranjeras a China y a la demanda urgente de medidas políticas drásticas, los movimientos reformistas fracasaron; en la confusión intelectual que siguió a la Revolución China de 1911, el confucianismo fue tachado de decadente y reaccionario. Con el colapso de la monarquía y de la estructura familiar tradicional, de la que se derivaba mucha de su fuerza y apoyo, el confucianismo perdió su influencia en la nación. En el pasado, a menudo había conseguido hacer frente a las adversidades y emerger con renovado vigor, pero durante este periodo de cataclismo social inaudito, perdió su habilidad anterior para adaptarse a las circunstancias cambiantes.
             En opinión de algunos especialistas, Confucio será venerado en el futuro como el gran maestro de China; los textos clásicos confucianos serán estudiados y las virtudes del confucianismo, personificadas para innumerables generaciones en las máximas familiares y en la práctica del sentido común de la población china, permanecerán como la piedra angular de la ética. Sin embargo, es dudoso que el confucianismo vuelva a jugar el papel crucial en la vida política e instituciones chinas que desempeñó en los siglos pasados. La victoria del comunismo chino de 1949 subrayó el incierto futuro del confucianismo. Muchas tradiciones inspiradas en las enseñanzas de Confucio fueron marginadas o proscritas. El sistema familiar, por ejemplo, otrora muy reverenciado como una institución central confuciana, perdió su importancia. Se publicaron muy pocos libros clásicos confucianos y a finales de la década de 1960 y principios de la de 1970 se organizó una campaña oficial contra el confucianismo.
             Deontología. (Del gr. δέον, -οντος, el deber, y -logía). Ciencia o tratado de los deberes.

Norma social

Conjunto de reglas o pautas a las que se ajustan las conductas. La norma social constituye un orden de valores orientativos que sirve para regular y definir el desarrollo de comportamientos comunes, a los que otorga cierto grado de legitimidad y consentimiento.
La aplicabilidad de la norma está asegurada por las expectativas de sanciones positivas, así como por el miedo o la prevención a las negativas, lo que es consecuencia del grado de predominio de las costumbres de cada época y del nivel de interiorización de reglas o pautas a lo largo del proceso de socialización. Esta interiorización puede ser resultado tanto del cálculo interesado como de la identificación altruista con el grupo de que se forma parte.
Considerando el grado de aceptación o disentimiento de las reglas o pautas que constituyen la norma social, se llevan a cabo análisis basados en las categorías de la conformidad o la desviación, como formas diversas de comportamiento social.
Conducta
Modo de ser del individuo y conjunto de acciones que lleva a cabo para adaptarse a su entorno. La conducta es la respuesta a una motivación en la que están involucrados componentes psicológicos, fisiológicos y de motricidad. La conducta de un individuo, considerada en un espacio y tiempo determinados, se denomina ‘comportamiento’.
La conducta ha sido objeto de estudio de la psicología desde sus inicios. John B. Watson, representante de la psicología de la conducta o conductismo, postulaba que la psicología, en lugar de basarse en la introspección, debía limitar su estudio a la observación del individuo en una situación determinada.
Toda conducta está determinada por múltiples factores: los genéticos o hereditarios y los situacionales o del medio. Los primeros hacen referencia a la conducta innata (instintiva) que existe en el individuo al nacer; los segundos, a la conducta concreta que se da ante una determinada situación (aprendida).
Durante mucho tiempo se pensó que gran parte de la conducta humana era instintiva: el individuo a lo largo de su vida llevaba consigo un repertorio de respuestas organizadas que se adecuaban a las diferentes situaciones. Hoy sabemos que a los instintos se superponen las respuestas aprendidas, y que la conducta instintiva es característica de las especies animales, aunque éstas puedan también desarrollar pautas de conducta aprendidas. La sociobiología es la ciencia que estudia las bases biológicas de la conducta social en los animales.
El estudio de la conducta no se limita a investigar la evolución de ciertas etapas formativas en el individuo, como la infancia o adolescencia, sino que va unida a su desarrollo físico desde el nacimiento hasta la muerte
Legitimidad
Cualidad distintiva de la acción política legal, referida también a un gobierno o a la soberanía. La palabra legítimo significa legal, apropiado y que cumple ciertas reglas. La legitimidad política es un concepto difícil de definir porque cuando se refiere a las acciones llevadas a cabo por una institución política aceptada de una forma amplia como legítima y apropiada, puede que estas acciones sean admitidas y respetadas por un grupo y no por otro. La legitimidad se establece por tanto a través de cierto grado de consenso y acuerdo. La aceptación de procedimientos o normas legales puede ayudar a conferir legitimidad, pero el efecto final estará condicionado por cómo se perciban esas reglas en las circunstancias que rijan en ese momento.
La legitimidad puede atribuirse a los gobiernos, a los Estados y a las acciones políticas. Si un gobierno es derrocado por un grupo político rival en un golpe de Estado, puede describirse como una acción ilegítima puesto que vulnera la Constitución legal del país. Pero si esa acción cuenta con el apoyo de la mayor parte del pueblo que esa facción quiere gobernar y el mismo pueblo reconoce al nuevo gobierno, entonces adquiere legitimidad. Los mismos Estados pueden alcanzar la legitimidad a través del reconocimiento diplomático de otros Estados u organismos internacionales. Variantes muy diferentes de constituciones formales pueden adquirir una legitimidad reconocida.
Filósofos y sociólogos como Aristóteles, John Locke y Max Weber han estudiado el concepto de legitimidad. En su obra Política, Aristóteles clasificó los gobiernos constitucionales legítimos en tres tipos: la monarquía, la aristocracia y la democracia. La teoría del Gobierno de Locke se centraba en la monarquía. Locke consideraba legítimo el gobierno de un rey si su pueblo estaba de acuerdo en que favorecía el bien común. Weber creó una tipología de formas puras de legitimidad: la tradicional, la carismática y la racional. En último término, la legitimidad se deriva de una combinación del consentimiento tácito y explícito de los individuos afectados, del respeto a las leyes formales y del reconocimiento por parte de otras entidades como Estados y organismos internacionales.
Socialización
Proceso mediante el cual el individuo adopta los elementos socioculturales de su medio ambiente y los integra a su personalidad para adaptarse a la sociedad (leer tambien Adaptación social). En psicología infantil, es el proceso por el cual el niño, aprende a diferenciar lo aceptable de lo inaceptable en su comportamiento. La psicología social está interesada en cómo los individuos aprenden las reglas que regulan su comportamiento social. En antropología, es el proceso por el cual se transmite cultura de una generación a otra. Leer tambien Aculturación.
La primera infancia es el periodo en el que tiene lugar el proceso de socialización más intenso, cuando el ser humano es más apto para aprender. Sin embargo, la socialización del niño durante la infancia no constituye en sí una preparación suficiente y perfecta, sino que a medida que crece y se desarrolla su medio ambiente podrá variar exigiéndole nuevos tipos de comportamiento. Procesos de socialización de adultos pueden ser provocados por la movilidad social o geográfica, que implican la adaptación a nuevos modos culturales, sociales o profesionales.
El psicólogo suizo Jean Piaget estudió la influencia de la herencia biológica y del medio externo en el desarrollo psíquico e intelectual del niño, y señaló la existencia de diferentes etapas en su evolución. Los antropólogos comienzan a interesarse por el aspecto cultural de la socialización a partir de la publicación de la obra Tótem y tabú (1913), de Sigmund Freud, aunque algunos reaccionan en contra de la intromisión del psicoanálisis en el campo de la antropología. Sin embargo, en la década de 1920 esta influencia se hace patente en las investigaciones de algunos antropólogos como Margaret Mead, quien estudió las prácticas de crianza como única forma de asegurar la supervivencia de una cultura. En el campo de la sociología, George H. Mead y Talcott Parsons estudiaron el proceso de socialización y destacaron la importancia de los roles sociales que cumple el individuo en la sociedad.
Conformidad
Tendencia de los individuos a formar opiniones y a actuar de acuerdo con las actitudes vigentes. El término disconformidad evoca el resurgir religioso en Gran Bretaña y el evangelismo de las comunidades provincianas especialmente en el siglo XIX. Los metodistas y anabaptistas, entre otros, rehusaron el credo de la Iglesia anglicana oficial de Inglaterra con una ‘conciencia inconformista‘ que, sin embargo, muestra una conformidad fervorosa a otro modelo de autoridad: la lectura textual de la Biblia en contraposición a la oficial establecida por el Vaticano.
En sociología, la conformidad se refiere a las estructuras y los procesos que empujan al individuo a adoptar las creencias y prácticas de la mayoría. Las estructuras son patrones comunes de socialización en la familia, la Iglesia, los medios de comunicación y las amistades, pero los procesos se trataron de establecer empíricamente en la experimentación sociopsicológica de Solomon Asch en la década de 1950. En este estudio, a los entrevistados se les pedía calcular, por ejemplo, la longitud de una línea y se les ofrecía una estimación falsa no plausible que había sido preestablecida por el grupo experimental. En conjunto, se observó una tendencia conformista no sólo en la percepción de propiedades físicas, sino también de actitudes sociales como el antisemitismo o el delito.
En resumen, existe una tendencia en el ser humano a dejarse influir por los valores y las percepciones de los demás, pero las personas no son ‘máquinas pasivas’ a la hora de relacionarse con su propio entorno.
Desviación social, cualquier tipo de comportamiento que se aleja de las normas generalmente aceptadas en una sociedad. La desviación social no constituye un delito, ya que éste se refiere a transgresiones de la ley, sino que se refiere a la no observancia de normas, ya sean legales o no. Los sociólogos han llegado a pensar que la desviación social es característica de los sistemas sociales o de situaciones que indican una necesidad de control social o una tendencia hacia el cambio social. Tanto el control como el cambio son factores inseparables de la sociedad, especialmente en las sociedades contemporáneas.
El sociólogo francés Émile Durkheim fue el pionero de la teoría de la desviación social. Después de escribir sobre la integración y la crisis social y estudiar el papel de la división del trabajo en la cohesión y el cambio social, formuló el concepto de ‘anomia’ o debilitamiento de la moralidad común, que explica los cambios producidos en la división del trabajo en la sociedad, antes compuesta por agricultores que realizaban cada uno su trabajo formando parte de un sistema que no controlaba la producción final ni sus mecanismos, y ahora por obreros especializados que venden sus productos en países industrializados.
En la sociedad tradicional la solidaridad era ‘mecánica’, cada individuo pasaba por las mismas experiencias y la tentación de redefinir su rol era mínima. Pero, actualmente, la especialización ha provocado una experiencia diferenciada y la posibilidad de asumir nuevos roles. Además, el individualismo aumenta con la especialización. Según Durkheim, este individualismo se ha convertido paradójicamente en la sociedad moderna en solidaridad social. En términos políticos, la libertad ha superado al concepto de fraternidad con la intención de igualar las oportunidades para la expresión individual.
En este tipo de sociedad, ciertas formas de desviación social tienden a ser muy alabadas o castigadas. Sin embargo, es necesario regular las condiciones anómicas (cuando la estructura social se rompe) si se desea mantener la sociedad unida, y para definir la causa de la desviación es necesario determinar cuáles son las condiciones de normalidad de esta sociedad. Todo el proyecto moderno de democracia, que incluye los derechos de los ciudadanos, el aumento de la educación, las posibilidades de consumo y la emancipación tanto de la mujer como de los grupos étnicos y de las clases más desfavorecidas, puede considerarse bajo la óptica de la desviación social. El concepto de desviación social de Durkheim es fundamental en la teoría sociológica

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